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Laboratorios ciudadanos: Comunidades en acción

Los laboratorios ciudadanos son grupos de personas de diferentes orígenes y con distintas habilidades, que unen sus fuerzas para resolver un problema al que se enfrenta su comunidad. En México, los laboratorios ciudadanos se han convertido en uno de los movimientos sociales más importantes de los últimos años. En esta entrada del blog, te daremos una visión general de lo que son y cómo funcionan en México.


¿Qué son los laboratorios ciudadanos?


Los laboratorios ciudadanos son una forma de ayudar a las comunidades necesitadas mediante el uso del arte. Los laboratorios ciudadanos se definen como una forma de arte, lo que significa que puede encontrarse en muchos tipos diferentes de medios como la pintura o la escultura, pero también incluye otros tipos de medios como la fotografía y el vídeo. En México, los laboratorios ciudadanos han ido ganando popularidad en los últimos años porque permiten a personas de todos los ámbitos reunirse y crear algo bello a partir de lo que de otro modo podría considerarse basura.


Los laboratorios ciudadanos no son exactamente nuevos: este concepto existe al menos desde 2012, cuando el artista mexicano Guillermo Galdós inició su propio proyecto llamado "La Casa del Lago". Sin embargo, con tanta gente buscando formas de mejorar su comunidad a través de sus habilidades (y no solo de su cartera), ¡los laboratorios ciudadanos pueden ser aún más populares que nunca!


Historia y origen de los laboratorios ciudadanos.


Los laboratorios ciudadanos tienen su origen en Estados Unidos, pero se han extendido a muchos países. La idea de los laboratorios ciudadanos es sencilla: las comunidades identifican sus propias necesidades y soluciones trabajando juntas. Esto puede incluir cualquier cosa, desde la identificación de fuentes de contaminación en su comunidad, a la creación de aplicaciones para las empresas locales y los gobiernos a utilizar, o incluso simplemente ayudar a la gente a aprender sobre el reciclaje y otras cuestiones ambientales que les afectan directamente.


Los ciudadanos comienzan estos laboratorios formando una organización con otras personas que comparten intereses similares, y luego empiezan a recopilar datos sobre cuestiones que afectan a sus vidas, desde la calidad del aire a la contaminación acústica o incluso cuestiones de justicia social como la igualdad de género en las oficinas gubernamentales. Una vez que han recopilado sus conclusiones mediante encuestas u otros métodos (como la toma de fotografías), los científicos ciudadanos de estos laboratorios comparten sus resultados entre sí antes de presentarlos a la sociedad a través de actos públicos como conferencias en las que cualquiera puede asistir a presentaciones en directo a cargo de expertos especializados en campos relacionados, como la biología o la sociología.


¿Cómo funcionan los laboratorios ciudadanos en México?


Vamos a analizar el trabajo de un laboratorio ciudadano de México, la Comunidad de Software Libre (CSL). Son un ejemplo de cómo personas de todo el mundo pueden unirse y utilizar herramientas modernas para resolver problemas que les afectan directamente, como el acceso a la información y la educación.


El modelo de laboratorio ciudadano anima a miembros de la comunidad con distintas habilidades -desde periodistas a diseñadores- a trabajar juntos en proyectos que beneficien a sus comunidades locales. Estos laboratorios están formados por personas que no son necesariamente expertas en un área concreta, pero sí tienen conocimientos sobre sus propios campos: pueden ser agricultores, artistas o profesores, pero conocen sus propias comunidades lo suficientemente bien como para ver dónde hay que mejorar las cosas y cómo esas mejoras podrían beneficiar a todos los implicados.


¿Qué comunidades en México se benefician del trabajo de los laboratorios ciudadanos?


  • La comunidad de San Juan Chamula, en Chiapas (México), ha trabajado con el Banco Interamericano de Desarrollo en proyectos para mejorar el acceso al agua potable.

  • En 2013 se creó un laboratorio ciudadano en la localidad de San Francisco Gotera, en El Salvador, para ayudar a los ciudadanos a aprender a utilizar la tecnología en su vida cotidiana. Desde entonces ha ampliado su alcance para incluir otros temas como el empleo juvenil y las prácticas de adaptación al cambio climático.

  • Otro ejemplo es Santa María Tonantzintla (Oaxaca), donde la Unidad de Investigación y Desarrollo Social A.C. creó un laboratorio ciudadano con el objetivo de proporcionar asistencia técnica a organizaciones locales de zonas rurales a través de talleres sobre temas como la igualdad de género o campañas de educación sanitaria sobre cuestiones como la prevención del cáncer de cuello de útero mediante programas de vacunación entre adolescentes que viven por debajo del umbral de pobreza.

Ejemplos de casos exitosos de laboratorios ciudadanos en México.


Los laboratorios ciudadanos son una poderosa herramienta para que los ciudadanos y las comunidades participen en la enseñanza de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM). Estos laboratorios se han implantado con éxito en México, así como en otros países de todo el mundo.


En Estados Unidos, los laboratorios ciudadanos han sido creados por gobiernos locales para mejorar la alfabetización científica de los residentes, al tiempo que proporcionan recursos que apoyan proyectos de desarrollo comunitario sostenible, como sistemas de purificación de agua o fuentes alternativas de energía, como paneles solares. Los ciudadanos científicos también pueden participar a través de plataformas en línea como Zooniverse, donde ayudan a los científicos a realizar investigaciones sobre las galaxias identificándolas en función de su forma o color mediante imágenes tomadas por telescopios de todo el mundo.


En Europa se ha producido un aumento de los proyectos de ciencia ciudadana relacionados con la conservación de la biodiversidad debido a la creciente preocupación por la extinción de especies a causa del cambio climático. Un ejemplo son los BioBlitz, en los que los voluntarios pasan un día contando todo tipo de organismos vivos en un área determinada (normalmente 10 kilómetros cuadrados).


Conclusión


En resumen, podemos decir que los laboratorios ciudadanos son una forma muy interesante y eficaz de trabajar con las comunidades. Permiten que personas de distintos orígenes y culturas se reúnan y trabajen por un objetivo común: mejorar sus propias vidas. Este tipo de iniciativa ayuda a construir comunidades más fuertes al unirlas como una unidad en lugar de individuos separados que sólo miran por sí mismos.

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