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La importancia de garantizar los derechos humanos de los migrantes

Foto del escritor: ART-4UART-4U

En la última década, millones de emigrantes han dejado sus hogares en busca de una vida mejor. Muchos proceden de lugares donde carecen de libertades, atención sanitaria y derechos humanos. Huyen a otros países para escapar de la violencia y la persecución en casa. Sin embargo, el camino que emprenden también puede convertirse en un viaje arduo y peligroso al enfrentarse a nuevos retos que ponen en riesgo su vida e integridad.


“nadie deja su hogar hasta que tu hogar
es una voz sudorosa en tu oído diciendo
vete,
huye de mí
no sé en qué me he convertido
pero sé que cualquier lugar
será más seguro que aquí”

- Fragmento de “Hogar”, poema de Warsan Shire


¿Emigrar es un derecho humano?


La Declaración Universal de Derechos Humanos declara que "toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio" (artículo 13). Este principio también quedó consagrado en el artículo 12.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), que establece que toda persona tiene derecho a salir libremente de cualquier país por cualquier motivo.


Por otro lado, cada Estado es libre de ejercer su propia normativa migratoria en sus fronteras internacionales, decidiendo quién entra y quién no a su territorio, pero debe hacerlo de acuerdo con sus obligaciones en materia de derechos humanos. Estas obligaciones buscan garantizar que la gobernanza de las fronteras proteja a los migrantes en virtud a su humanidad.


Hay cientos de millones de migrantes en todo el mundo


El número de personas que se desplazan de un país a otro ha aumentado en las últimas décadas, y seguirá creciendo. Según el Informe sobre las migraciones en el mundo más reciente, en 2020 había aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales en el mundo, que es equivalente al 3,6% de la población mundial. Esto se debe en parte a la guerra y al cambio climático, pero también a que muchas personas huyen de la pobreza y la falta de oportunidades.



A finales del 2021, el número de personas que se vieron obligadas a abandonar sus hogares por conflictos o persecuciones ascendió a 89,3 millones personas; según el informe anual de Tendencias Globales de ACNUR. Lo que a su vez aumentó las personas solicitantes de asilo y con estatus de refugiados.


De acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se estima que desde 2014 casi 50.000 migrantes han muerto o desaparecido en tránsito, intentando llegar a su destino, que usualmente es Estados Unidos o Europa. Es importante recordar que más allá de los números, hay personas. Es un hecho que fácilmente se olvida pero es necesario tenerlo presente para sensibilizar y empatizar unos con otros.


“Ninguna persona debe morir en el tránsito y la búsqueda de una mejor vida”

- Casa Refugiados, 27 de marzo 2023


Derecho a la vida y a la libertad


A lo largo de su viaje y al llegar a su destino son especialmente vulnerables a las violaciones de los derechos humanos, ya que pueden no tener el mismo acceso a la información o a los recursos que la población local.


Los migrantes tienen los mismos derechos que cualquier otra persona. Tienen derecho a la vida y a la libertad, así como a no sufrir tortura, esclavitud ni detención arbitraria. Deben recibir el mismo trato ante la ley, sin discriminación por motivos de raza u origen nacional (la ley debe tratar a las personas por igual). Es ilegal que cualquier persona que tenga autoridad sobre los migrantes los discrimine por su raza, nacionalidad o estatus migratorio.


El Estado como protector de los derechos humanos de migrantes


Garantizar los derechos humanos de todas las personas nos ayudará a construir una sociedad más justa. Si los Estados no protegen los derechos humanos de los migrantes, se convierten en cómplices de estos abusos y pueden exponerse a consecuencias legales.


En virtud del derecho internacional, los Estados tienen el deber de investigar, procesar y castigar a quienes cometan violaciones de derechos humanos contra migrantes. Esto significa que los gobiernos deben garantizar un trato digno, respetuoso y acorde con las normas de derechos humanos a los migrantes en todas las etapas de su viaje: desde su llegada a los puntos de entrada en los países hasta que puedan regresar a casa en condiciones de seguridad o encontrar refugio en otro lugar.


Es importante tomar medidas para proteger a los migrantes, por ejemplo, proporcionándoles acceso a servicios como educación, atención sanitaria, alojamiento y asistencia jurídica; eliminando la discriminación y previniendo la violencia; proporcionando acceso a la justicia a las víctimas de abusos; brindando condiciones de detención dignas y estableciendo procedimientos eficaces para identificar y retirar a los elementos delictivos de los centros de detención.


“Amnistía Internacional urge a los gobiernos de Norteamérica a cambiar el enfoque de su política migratoria a una centrada en derechos humanos que garantice que las personas migrantes puedan buscar y recibir asilo, a una migración segura y el respeto a todos sus derechos.”



Conclusión


La crisis migratoria es uno de los problemas más acuciantes de nuestro tiempo. Millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad y oportunidades en otros lugares, a menudo corriendo grandes riesgos personales. No se trata sólo de cifras, sino de vidas humanas.


La garantía de los derechos humanos es un paso importante hacia una sociedad más justa. Permite a las personas vivir su vida con seguridad y dignidad, sin miedo a la persecución o la discriminación.


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