La contaminación plástica en los océanos es uno de los mayores problemas ambientales que enfrenta nuestro planeta. Se estima que alrededor de 8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos cada año, lo que resulta en inmensas islas de basura plástica flotando en el mar. Este plástico es extremadamente dañino para la vida marina, ya que muchos animales marinos quedan atrapados en plásticos o los confunden con comida. Ante esta grave situación, la escultora estadounidense Angela Haseltine Pozzi decidió tomar acción.
Tras un emocional encuentro con los efectos devastadores de la contaminación plástica en las playas de Oregon, la escultora estadounidense Angela Pozzi se propuso crear conciencia sobre este problema.
Estuve casada con un hombre maravilloso durante 25 años que murió repentinamente de un tumor cerebral y mi vida era un verdadero desastre y realmente no podía hacer lo que había hecho antes y por eso estaba tratando de encontrar mi propósito en la vida nuevamente y realmente tratando de sanar, así que decidí mudarme a Oregón. Decidí que vendría al océano para sanarme. Caminé por las playas todos los días y lo que encontré fue un océano que necesitaba curación. Me di cuenta de que había contaminación plástica en la playa que estaba tan dividida en pedacitos diminutos, como arena, que era un gran problema y ni siquiera me había dado cuenta de cuán grave era el problema. Así que investigué y aprendí todo sobre ello y pensé: Bueno "Si puedo salvar el océano, sería una buena razón para vivir, así que hagámoslo". - Ángela Pozzi
Washed Ashore
En 2012 fundó el proyecto Washed Ashore, cuya misión es limpiar las playas y darle una nueva vida a los plásticos recogidos, transformándolos en obras de arte para educar al público sobre los peligros de la contaminación plástica y promover mejores hábitos de consumo. De esta manera, con el apoyo de voluntarios locales, Pozzi comenzó a recolectar residuos plásticos en las playas para luego utilizarlos en la creación de grandes y coloridas esculturas de animales marinos.
"Simplemente decidí que usaría el lenguaje de las artes para despertar a la gente sobre lo que está sucediendo de una manera que no puedan ignorarlo". - Ángela Pozzi
El cambio se hace en colectivo
De a poco, el proyecto fue ganando adeptos y creciendo en tamaño e impacto. Cada año, cientos de voluntarios de todas las edades se unen al proyecto para limpiar playas y recolectar la mayor cantidad posible de plásticos y desechos marinos. Hasta la fecha, más de 10.000 voluntarios han participado en el proyecto recolectando un total de 28 toneladas métricas de desechos plásticos.
Equipados con guantes, bolsas de basura y mucho entusiasmo, los voluntarios peinan la arena en búsqueda de botellas, tapas, redes de pesca, juguetes y todo tipo de artículos plásticos descartados. Cada elemento recolectado es clasificado, limpiado y almacenado para su posterior uso en las esculturas de arte. El proceso de recolección es clave para el proyecto, pues no sólo provee los materiales para crear las esculturas de concientización, sino que también limpia las playas y evita que los plásticos sigan dispersándose en el océano y poniendo en riesgo la vida marina.
La participación de los voluntarios no se queda tan solo en la recolección de deshechos, sino que forman parte de todo el proceso para armar las esculturas, desde recortar hasta enganchar el plástico que dará vida a las criaturas marinas. Cada escultura requiere cientos si no miles de piezas individuales de plástico que son cuidadosamente ensambladas por el equipo. Hasta la fecha, Pozzi y Washed Ashore han creado más de 80 impresionantes esculturas de animales marinos, incluyendo ballenas, tortugas, peces y aves. En su mayoría esculturas gigantescas, que ni siquiera requieren de pintura debido a la inmensa cantidad de plástico (de todos colores) que encuentran en las playas que recorren.
Educación ambiental
Las esculturas creadas por Angela Haseltine Pozzi y el Proyecto Washed Ashore han sido exhibidas en numerosos museos, galerías y eventos alrededor de Estados Unidos, generando gran interés e impacto. Entre los lugares que han albergado estas obras se encuentran el Acuario de Oregon, el Zoológico de St. Louis, el Museo de Ciencia e Industria de Chicago, y galerías en Nueva York, San Francisco, Seattle y otras ciudades importantes.
Cada escultura sirve como recordatorio visual de cómo los desechos humanos están afectando a la fauna oceánica. Además, son parte de exhibiciones itinerantes de las esculturas por EE.UU. que incluyen paneles educativos que proveen información sobre la crisis de la contaminación marina y acerca de qué podemos hacer al respecto, fomentando la reducción, reutilización y reciclaje.
De esta forma, Pozzi busca no solo mostrar el problema, sino también involucrar e inspirar a la audiencia a tomar acción. Washed Ashore continuará organizando limpiezas masivas de playas para recolectar la mayor cantidad posible de plásticos y crear más obras de arte ambiental que ayuden a educar e inspirar a los espectadores sobre la contaminación de plásticos en los océanos y sus consecuencias en la vida marina.
En conclusión, la creatividad, pasión y dedicación de Pozzi dan esperanza de que, con esfuerzo colectivo, se puede mitigar la contaminación de plásticos y proteger los frágiles ecosistemas marinos. Su obra perdurará como un mensaje poderoso sobre nuestra responsabilidad ambiental. Su visión creativa para abordar la contaminación de plásticos seguirá inspirando a futuras generaciones.
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